Thursday, August 11, 2005

Harrius Potter


El lunes a la noche, o más precisamente el martes a la madrugada (a eso de las 2:00 am más o menos) terminé de leer el sexto libro de la saga de Harry Potter. Hay que admitir que J.K. Rowling (la autora), la hizo bien, las historias se ponen cada vez más copadas, los personajes y sus relaciones se van definiendo cada ves más y hasta el tono se va tornando un poco más adulto con la muerte como una realidad de la que no hay vuelta.

Me enganché con la saga viendo las primeras dos pelis y en verano del 2002 (si no me falla la memoria) me compré el tercer y el cuarto libro. De ahí me volví prácticamente un adicto a estos libros y eventualmente me compraré los dos primeros y los leeré así puedo entender cosas que no aparecen en las pelis y volverme aún más adicto para cuando salga el séptimo (y último) libro.

Tengo muy pocas cosas que criticarle a los libros estos, la verdad, y algunas son simplemente críticas pelotudas, como porque a determinados personajes les ocurren determinadas cosas o se relacionan (o no) de tal o cual manera. Digo que son críticas pelotudas porque después de pensarlo un rato (no muy largo) caigo en el por qué de dichas decisiones y entiendo que ayudan a que la trama sea aún mejor. Mi única gran crítica al mundo ese es el hecho de que todos los magos, por más grossos que sean, requieren una condenada varita para hacer magia y los hechizos son todos en latín o pseudo latín (aunque estas cosas pareciera que no son tan así en los últimos libros).

A todo aquel que esté considerando leer los libros, se los recomiendo ampliamente y si pueden, y quieren, leer en inglés les recomiendo la edición británica (no leí la americana pero de todos modos preferiría la original). También, para el que sepa alguno de estos idiomas y tenga ganas de practicar con esta saga, el primer libro está editado en latín (de ahí Harrius Potter), griego antiguo, irlandés y galés (sin mencionar los idiomas normalmente hablados en el resto del mundo).